Recursos humanos, el nuevo proyecto de Daniela Ortiz, aborda cómo la condición de ser “otro” afecta al rol que cada uno interpreta en la infraestructura social y económica de una sociedad. Ortiz plantea su investigación a través de la lente de dos países: su Perú natal y España, donde vive desde 2007. El proyecto traza una línea conceptual que va desde las “Leyes de Indias”, instituidas por la corona española durante el siglo xv para controlar a la población nativa de las colonias latinoamericanas, hasta la actual Ley de extranjería.
A finales de la década de 1990, España adoptó una política de puertas abiertas que hizo aumentar vertiginosamente el número de inmigrantes. Cuando la economía española repuntó a principios de la década de 2000, los inmigrantes fueron bien acogidos para suplir la gran cantidad de mano de obra necesaria para apoyar el crecimiento económico, especialmente en los sectores laborales más precarios, como la construcción y la hostelería. Sin embargo, en los últimos años, cuando España se ha sumido en la recesión y ha aumentado la tasa de desempleo, la inmigración se ha convertido en un tema polémico con rasgos que rayan en la xenofobia. Estas circunstancias han llevado a Ortiz a dirigir una mirada crítica al actual clima político de Perú, donde las caldeadas elecciones presidenciales de principios de año han exacerbado la fuerte división racial y económica entre la población indígena del país y los peruanos de descendencia española.
Aunque la población indígena de Perú está asediada por una pobreza extrema, ha recibido escasas ayudas estatales en los últimos años, ya que el Gobierno ha dedicado todas sus energías a proyectar una imagen de nación moderna y próspera. Si bien a menudo se les culpa de ser un freno para el crecimiento del país debido a su fuerte conexión con su herencia cultural y un estilo de vida tradicional, los indígenas contribuyen sustancialmente a la expansión de la industria turística mediante la producción de souvenirs, como textiles hechos a mano y huacos, vasijas de cerámica en forma de cabezas humanas. Estos objetos, utilizados antiguamente con finalidades religiosas y ceremoniales, se han convertido en artículos de consumo para los turistas que visitan la zona.
Recursos humanos presenta textiles y centenares de huacos que Ortiz ha encargado expresamente en Perú y luego ha exportado a Barcelona. En una radical inversión del paradigma empleador/empleado que funciona en España, Ortiz ha contratado a tres españoles para que arrojen las cerámicas contra la pared del Espai 13. Desprovistos de significado cultural pero cargados de implicaciones sociales, estos huacos hechos añicos quedan diseminados por el suelo de la sala mientras, en el pasillo lateral, una instalación de vídeo multicanal documenta la violenta acción. Los textiles, confeccionados por indígenas analfabetas de Perú, contienen fragmentos de las leyes anteriormente mencionadas. El uso de la palabra escrita los convierte en textiles poco convencionales, pero quizá más importante es la sutil inversión que implica replantear y reivindicar una lengua que es en parte responsable del estatus social de las personas que confeccionan estos tejidos. Mediante la intervención de distintas personas en la producción y destrucción de estos objetos, Ortiz llama la atención sobre las relaciones del ser humano con el trabajo y las leyes cambiantes, escritas y no escritas, que definen esta conexión.
Karin Campbell, comisaria
fotos del montaje: Xose Quiroga
The End Is Where We Start From (El fin es de donde partimos)
Ciclo de exposiciones en Espai 13 (2011-12)