- Ciclo
- cómo desde aquí
- Artista
- Josu Bilbao
- Fechas
- —
- Lugar
- Espai 13
- Comisariado
- Carolina Jiménez
La primera vez que Josu visitó el Espai 13 en el marco de la invitación a esta exposición, advirtió que desplazar de su estudio en Artxanda parte de los trabajos sobre los que veníamos conversando era un apriorismo que se desvanecía según recorría las diferentes salas de la Fundació.
Con negarràk-negarrà, Josu Bilbao plantea un ejercicio de renuncia a un papel subrogado en el que pareciera admisible hablar desde aquí, pero no de aquí. Lo que propone es un trueque del lugar de enunciación, similar al que ocurre en la escritura cuando se abandona la tercera persona para asumir la primera. Es abordar una localización tomando posición. A caballo entre el método y el motivo, la exposición es un testeo de la posibilidad de apertura del Espai 13 al exterior a partir de una intervención acotada en dimensión, espacio y tiempo sobre unos respiraderos que originalmente fueron concebidos por el arquitecto del edificio, Josep Lluís Sert, y que en algún momento fueron tapiados con el fin de aumentar la superficie museografiable de la sala. Para el artista, la operación pasa por acercar este lugar a una sensibilidad y una receptividad plástica más contemporáneas, más porosas, capilares.
negarràk-negarrà instituye una superposición entre el espacio arquitectónico y el objeto artístico que podría remitir a una genealogía particular de la obra de arte en relación con el dispositivo expositivo, donde la obra solicita su propia autonomía, requiere -o infiere- su propio espacio. Una de las cuestiones medulares de la historia de la escultura del siglo xx ha sido la salida de la forma al espacio como constructor de espacio, donde este deja de ser un contenedor para ser también un elemento formal de la obra. Esta teoría ambiental peina una trayectoria en la que gravitarían la dimensión productivista de los espacios Proun de El Lissitzky, las alteraciones infraestructurales en el contexto semiótico de la crítica institucional de Michael Asher o los ambientes minimal que aspiran a mantener como forma el sentido de un todo.
La pretensión de cualquier atisbo de totalidad es, sin embargo, un maximalismo que no comulga con Bilbao. Sus instalaciones están en una permanente coyuntura fragmentaria de indefinición y responden, por usar una locución que nos interpela, a anhelos no volitivos. Y es que el trabajo del artista yuxtapone, a partes iguales, un acecho obstinado del deseo con una insistente pulsión por el derrumbe. Es como si querer, decidir o proyectar fueran verbos demasiado afirmativos. Las operaciones de Bilbao anhelan, al tiempo que impugnan; buscan, al tiempo que rebaten una uniformidad de sentido.
La exposición destapa lo que la posibilita. Esto es, una orfebrería de los marcos de funcionamiento practicables e interpretables de la institución. Estas estrategias han comprendido un estudio de planos arquitectónicos históricos y de las reglamentaciones de uso y conservación de la Fundació, interlocuciones con los distintos registros y niveles del organigrama institucional, así como una adaptación a la escala de viabilidad presupuestaria dentro de los márgenes de producción y desmontaje de la propia exposición.
El título recoge una pre-ocupación sostenida en el trabajo de Bilbao por la capacidad de acción de las formas sonoras que se articulan en las lenguas moribundas. Si al amparo del dicho esàk-esà aglutinó un corpus de trabajo que apuntaba materialmente al no como lugar, negarràk-negarrà funciona como un eco de aquel dicho en cuanto que llanto.
negarràk-negarrà parte de una condición saturada de autoridad de la que deserta. No porque la infiera como un afuera puro de las relaciones, sino para no hacerla presa de sus lógicas subsumidoras y poder así ensayar maniobras de intervención en las zonas menos densas de su inscripción. Este posicionamiento descentrado se pone de manifiesto, por ejemplo, en la manera de aprehender la participación del estudio de arquitectura GOIG en la exposición, pero también en la perseverancia de Bilbao por construir sistemas de exhibición y acompañamiento para otres artistas, por aviar procesos de creación con otres o por reconocer una comunidad artística en el conjunto de los gestos que le son propios y los que no.
Asumiendo una actitud de permanente cuestionamiento de las posibilidades de hacer arte y las condiciones de su presentación y legitimación, el artista nos recuerda que ejercitar maneras no tan convenientes de mirar, escuchar y trabajar constituye un acto de resistencia y creación frente a la desafección. Aunque sea apenas para abrir una muesca en un régimen procaz en el uso perverso del discurso cada vez más desanudado de las prácticas sensitivas, los actos del pensar y los modos de hacer. Bilbao interrumpe la narración edípica de las relaciones de contingencia y provisionalidad, atravesando las divisiones entre mostrar y ocultar, entre estar muy presentes y no estar, para impeler un lugar más intrincado y áspero de conocimiento y desconocimiento.
Carolina Jiménez, comisaria del ciclo
negarràk-negarrà es una exposición de Josu Bilbao realizada en conversación con GOIG (Pol Esteve Castelló y Miquel Mariné Núñez). Sonido: Estanis Comella.
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