El conocimiento, el saber sobre cualquier aspecto de la existencia ha ido evolucionando a lo largo de la historia. Para el filósofo Michel Foucault, una de las formas de controlar este saber sería dividirlo en disciplinas, auténticas estructuras de poder que determinan los límites de la verdad en un determinado momento histórico.
Los artistas de este ciclo cuestionan y fuerzan los límites entre las disciplinas para reflexionar sobre las dinámicas de poder que afectan al conocimiento. Así, el arte se presenta como un monstruo poderoso, capaz de señalar la debilidad de dichos límites; un monstruo que dice la verdad, o que por lo menos apunta con el dedo a quien la dice.
El Espai 13 es una sala dedicada a las prácticas artísticas y de comisariado emergentes. Desde 1978 se han montado exposiciones de cerca de 500 artistas comisariadas por jóvenes profesionales que, en muchos casos, han podido así completar su formación. En ese sentido, puede decirse que en el Espai 13 se han iniciado importantes carreras, tanto de artistas como de comisarios y gestores culturales.
Para su propuesta en el Espai 13, Fito Conesa parte de la figura y la obra del compositor estonio Arvo Pärt -así como de la crisis como forma de conocimiento-, y presenta una creación musical propia. El artista construye una concha acústica, una cueva para la experiencia sensorial que borra las fronteras entre disciplinas artísticas.
En el trabajo que Lara Fluxà presenta en el Espai 13 se mezclan dos materiales aparentemente opuestos por sus cualidades. Por un lado, la transparencia y supuesta fragilidad del vidrio: sólido, claro, limpio y antiguo. Por el otro, el aceite de motor usado: viscoso, turbio, tóxico y asociado a la sociedad de consumo. Estos dos materiales entablan una relación en la que lo fluido estresa y tensiona lo sólido, lo cristalino acoge y contiene lo oscuro, y ambos se imponen mutuamente sus reglas.
Vanesa Varela parte del telar de cintura, una herramienta preindustrial, para reflexionar sobre los modos de producción, el concepto de trabajo y la generación o transmisión de conocimiento. Esta herramienta milenaria conecta el cuerpo de la tejedora con la naturaleza y reconcilia la producción textil con la medida humana. Refutando el modo de producción industrial, es el cuerpo el que impone su forma y movimiento al tejido, frente a un modo de producción alienante y devastador.
El colectivo Für Alle Fälle (Vanesa Castro e Iñaki López) presenta una muestra de prácticas de autosuficiencia tecnológica en el contexto rural gallego. Mientras que el afianzado movimiento maker es cada vez más dependiente de altas tecnologías corporativas, Iñaki y Vanesa han encontrado multitud de ejemplos de baja complejidad y alta eficacia.
Interregno se inspira en el sentimiento de desamparo propio del horror cósmico para transformar el Espai 13 en una cámara de extrañamiento, que provoque en el visitante un sentimiento de indefensión ante el conglomerado de fuerzas invasoras, celosas y conflictivas de las potencias que le rodean y de su propia psique.