En 1937 Miró empezó un autorretrato con todos los elementos del rostro hecho con gran rigor y detalle. Se trata de un autorretrato que se convirtió en un espejo de su realidad interior pero al que Miró incorporó elementos naturales del paisaje y elementos astrales que hablaban de su voluntad de fusionarse con el universo. En 1938 el artista encargó una copia de este autorretrato, que no recuperó hasta 1960, momento en que decidió revisarlo y, con trazo grueso y rápido, simplificó aquel rostro turbulento y llameante, que ya anunciaba un proceso de transformación. El rostro particular, concreto e identificable fue seguido, pues, por las formas básicas de un personaje genérico y universal. La caligrafía de la línea del primer dibujo evolucionó hacia el gesto espontáneo. Simplificación extrema, síntesis y proceso de simbolización de los elementos. La importancia de los ojos, como reflejo de esta observación atenta, global, de conciencia máxima, y el rojo que enmarca el detalle del dibujo anterior, mostrando esta visión a diferentes niveles de profundidad. Conexión del cuerpo con la cabeza, complementariedad del amarillo con el lila, y fusión de lo micro y lo macro (paisaje interior y exterior), siguiendo nuevamente el principio de los contrarios. Toda la obra de Miró permite diferentes lecturas, y en estas interpretaciones radica la riqueza de la obra de arte.

Yoga iyengar. Esta variedad del yoga hatha se propone unir el cuerpo, la mente y el espíritu para conseguir la salud y el bienestar. «El yoga es como la música: el ritmo del cuerpo, la melodía de la mente y la armonía del alma», dijo su fundador, B. K. S. Iyengar. Como en el Autorretrato de 1937 (primera versión), el yoga iyengar hace hincapié en el detalle y la precisión técnica. El tiempo y la constancia favorecen la definición del asana y permiten una revisión constante. También Miró necesitó mucho tiempo para conseguir la obra definitiva de 1960 que puede verse actualmente en la Fundació y que muestra un lenguaje sintético pero de gran fuerza expresiva.

Flavia Chini es profesora certificada por la Asociación Española de Yoga Iyengar, con una titulación reconocida por el Ramamani Iyengar Memorial Yoga Institute (RIMYI) de Pune (India). Actualmente imparte clases en el Centro de Yoga Iyengar Barcelona-Verdi.

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