Miró coleccionaba objetos cotidianos, como utensilios de cocina y otras herramientas de madera, postales, cerámica, raíces, piedras, huesos, maderas, juguetes, figuritas de belén o «siurells» mallorquines. Esos objetos los reunía en sus estudios, en Mont-roig, Barcelona, París y Mallorca.
Hay cosas que tienen para nosotros un significado especial, están dotadas de una carga afectiva que no tiene que ver ni con su valor económico ni con la estética. Cuando las miramos nos remiten a una persona, a un momento pasado o a un lugar. Encarnan, de algún modo, un recuerdo con el que queremos mantener un vínculo: su presencia, la posibilidad de cogerlas, de tocarlas, de olerlas, de acariciarlas, actualiza el recuerdo. Su posesión es testimonio de que el hecho al que las asociamos tuvo lugar o de que una relación sentimental fue real. Os proponemos que compartáis en las redes imágenes de objetos que tengan para vosotros un valor afectivo muy especial y de los que os costaría deshaceros, con la etiqueta #LlegatMiró
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Tipología
Actividad digital
Lugar
Canales digitales de la Fundació Joan Miró
Fechas
Póximamente
Nivel
Para todos los públicos